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lunes, 30 de enero de 2012

Ella le mete buzones al otro, yo me trago las mentiras

Todavía no le encuentro la noción de como una persona puede llegar a desaparecer en tan solo tomarse unas horas para que se conviertan después en semanas hasta meses y así sucesivamente. Como todo que se ve en una perspectiva esos días tan hermosos de amistad pura, las conversaciones interminables, esos lugares donde compartimos que al hablarnos uno al otro nos perdimos, las compatibilidades y esas fotos que tendrían que marcarnos definitivamente.
Pero al correr de los días todo cambia drasticamente. Desaparece.
Resulta imposible ubicarla, imposible establecer una conversación noble que se tranforma en -Hola, como estas? Chau.- Simple. Yo no le pregunto mas nada, solo si escribís algo que quizás le importe o si ella necesita algo aparece pero por solo 5 minutos, que después de tornan insoportables, a pesar esos minutos para mi son de felicidad... hasta que desemboca en el olvido. Uno que otras veces me pregunte; porque siempre me tiene que pasar a mi y no al otro? Porque con el otro/s es mas social que yo si sabe que no le importa en sus propias palabras que dice? Sera otra mina mas? Supongamos que si.
Sus promesas de esa semana fantástica se convirtieron en solo palabras inexistentes. Siempre con cada persona es diferente o a la que queres mucho la perdes y al poco tiempo descubrís cosas de los demás, de las verdades que nunca pensaste escuchar y te decis -Por esta me rompi el alma al pedo? Como que es mas difícil reír que llorar por las verdades ocultas de los demás que pensaste que era diferente a todas, pero no. Silencio insoportable.
Pronto llegara el reencuentro (supongo) ya no me da la cabeza de buscarla o no, de hacerle recordar en algún momento que existo, que siempre la escuche, en sus problemas y en los mios, enojos y de momentos de risas y alegrías. Volver al pasado y leer las cartas viejas y preguntarse una y otra vez - Fue solo un sueño? Que hice yo de lo que no hice? Como para perderla tan fácil.

Mientras ella le mete buzones al otro, yo me trago las mentiras